Una hebra puede ser un filamento textil para coser, una fibra frágil que une, e incluso el hilo de un discurso. Cualquiera de estas acepciones describe el ímpetu del último montaje del grupo de teatro CUER2, que acaba de cerrar una breve temporada en la Alianza Francesa de Miraflores. Este montaje trata de la fragilidad de las conexiones humanas, de la atracción y el rechazo de los cuerpos que crean espacios en tensión; pero sobre todo de la búsqueda del nexo –de la “hebra”- con el otro. Bajo la dirección de Roberto Sánchez-Piérola y con las actuaciones de Roly Dávila y José Luis Urteaga; Hebras emerge como una puesta poco tradicional, muy intuitiva y convivial, que propicia la conexión con el prójimo no solo en las acciones desarrolladas en escena, sino también en el espacio generado. Desde que uno ingresa a la sala nota las líneas a modo de hebras tatuadas en el suelo, que cierran el espacio en el que los cuerpos de los actores se desplazarán; alrededor de él, el público especta.
La expresión se da través de los movimientos de los cuerpos, pues el montaje carece de diálogos. Lo que vemos es un diálogo entre presencias que se confu
nden: entre los que la palabra no tiene lugar. Es elogiable es trabajo y la preparación física de los actores, cuya intensidad y fuerza no decae a lo largo de la puesta; en la que con sus cuerpos dibujan y establecen espacios de tensión, en los que podemos intuir hebras, hilos invisibles de intensidad entre ellos, mediante los cuales estructuran sus movimientos. Todo esto, en conjugación con el elemento musical –con piezas que habrían sido compuestas específicamente para la puesta- con la intervención de una guitarra y un violín, enriquecen lo lírico del montaje. Las imágenes así, se suceden unas a otras, acercando al espectador a la humana condición del hombre, a lo básico y casi primitivo: el vínculo con el otro. Hebras, si bien no es una obra tradicional, es muy interesante y amplia en significados e interpretaciones. En el programa de mano se menciona que ha sido producto de la experimentación física del grupo; y así también el espectador recibe este montaje, pues experimenta emociones y comparte con el prójimo. Hebras invita a pensar en nuestra condición humana.
El teatro sabe 